jueves, 28 de octubre de 2010

Teatro ¿para qué?


Hace un par de días nos enteramos que se aprobó un estímulo fiscal para el teatro independiente en la Ley de Ingresos 2011. Cincuenta millones de pesos que los empresarios podrán deducir del Impuesto Sobre la Renta para destinarlo a producciones teatrales. Los beneficiarios serán designados por un comité interinstitucional, integrado por gente de Conaculta y la Secretaría de Hacienda.
La finalidad es "recuperar los espacios públicos gracias al arte".
Esto se hizo del mismo modo el año pasado para el cine. Gracias al artículo 226 Bis, la industria fílmica en nuestro país puso acceder a mayor presupuesto. El resultado fue que se produjeron más películas este año.
Esto fue explicado por la Senadora María Rojo, principal promotora de la iniciativa, durante el programa de Radio Mexiquense, 91.7 FM "Manual de Sobrevivencia".
Gente dedicada al teatro en diversos estados se unió con el lema "Menos balas, más teatro". Justamente esa es la apuesta de ciertos sectores encargados de la cultura: mayor inversión en la educación, el arte y la ciencia en estos momentos en los que México enfrenta una desintegración del tejido social y aumento de la violencia.
La idea no es errónea y lo han demostrado los programas aplicados en ciudades violentas. El arte es una manera de involucrar a la sociedad, de rescatar los espacios y de evitar la propagación de "conductas incivilizadas", como lo dirían James Wilson y George Kelling con su teoría de las ventanas rotas.
Las preguntas, siempre presentes, serían entonces ¿para quién irá el presupuesto? ¿tendrán las mismas oportunidades los teatristas del interior de la República que los del Distrito Federal?; pero tal vez la más punzante: ¿qué se presentará?
Hablar de calidad es siembre algo subjetivo. Lo bueno y lo malo no tienen cabida en las expresiones artísticas, pero sí lo que nos hace entrar en catarsis y lo que se queda en el cliché.
Ejemplo. Las puestas en escena de los últimos años en el Valle de Toluca -salvo algunas, muy pocas, excepciones- caen en el pozo de la desesperanza o del conformismo con la frase "por lo menos lo intentamos a pesar de que somos un grupo independiente sin recursos". Esa autoflagelación resulta molesta e irremediablemente aleja al público de los escenarios. No nos gusta ver a desprotegidos representando su propio viacrusis. Pero eso es otra historia.

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