jueves, 8 de julio de 2010

Llueve

Robert Doisneau, tímido, empezó en la cámara a los 17 años. Se levantaba temprano para salir a las calles de París a fotografiar gente que nunca se atrevería a ver cara a cara.

Situaciones, tiempo, espacios y contrastes. Le tocó una época dura para la fotografía, que era vista como un hobby y no como profesión o arte.

Sus besos son famosos y también famosa es la demanda que François Bornet interpuso buscando obtener dinero por las regalías de El beso del Hotel de Ville, argumentando que ella es la protagonista de la escena fotografiada en 1950 y no quien hizo la toma.

Sartre, Camus y Cocteau estuvieron entre sus bohemias y resignificó a la ciudad de Paris como la capital mundial del romance y la seducción, ya con sus cafés de jazz y arte alternativo, ya con las calles húmedas de los pasos de los amantes.

Doisneau disparó la cámara por última vez el 25 de septiembre de 1993 y murió un año después.
Hoy en esta ciudad, simplemente llueve.

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